top of page

El olvido es un fenómeno cargado de inmaterialidad, de subjetividad y abstracción. El olvido parte de un origen, de un elemento sencillo, desechado; que al igual que los demás olvidos (todo lo que se puede desligar en el tiempo) queda suspendido, sin lugar alguno, quizás invisible, cae en un lapso, en un limbo. Conteniéndose a sí mismo, creciendo con el paso del tiempo hacia lo profundo, distanciándose de una lectura, convirtiéndose en un objeto indeterminado, curioso, lleno de filtros que transmutan su apariencia y nublan su visualidad; una dimensión llena de olvidos que se superponen unos a otros, que solo se diferencian entre ellos por el momento en que quedaron allí, se extienden y entremezclan debido a la imposibilidad de destruirse de manera definitiva, terminan solamente ocultos en la penumbra, sin embargo, dejan pequeños visos, pistas, para el momento en el que alguno sea evocado, así sea de forma parcial; en dicho momento trata de desenredar parte de su contenido, intentando evitar su fragmentación, si fuese posible.

El olvido se estanca a sí mismo y a toda la información que llega, su alcance es impreciso, su naturaleza  lo obliga a entretejer el despojo involuntario que deja el tiempo, aislándose de aquel actor al que pertenecía dicho elemento  y que terminara simulando una no presencia en dicho espacio, si existe alguno. 

​

OLVIDO.

Fotografía de 60 x 100 cm

VACIO

​

Sensación extraña, particular que lo condiciona todo, una profunda no presencia que determina un punto de tensión, haciendo de este mismo el foco del misterio, diferenciándose de su entorno, construyendo una misteriosa y débil relación, que pretende normalizar su presencia para no relevar el sin sentido de estar allí, camuflándose en la normalidad, pero perforando de su interior hacia fuera, adelgazando todo el contenido que pudo estar presente, aislando un espacio, convirtiéndolo en inaccesible, aunque de cierta manera también en una trampa, para quien desee buscar su contenido, para que quien caiga en ese hoyo no pueda dejar de verlo, de sentirlo, de experimentar como consume todo lo que pueda entrar en esa indeterminación espacial.

​

Fotografía de 50 x 100 cm

INEXISTENTE.

​

Realidad o ilusión,  opuestos que permitirían explicar la complejidad de una indeterminación, de una indecisión, de un estado extraño intermedio de algo originado pero realmente no materializado, de elementos particulares definibles pero no presenciales, contenidos ocultos dentro de significados reales, expresados a partir de relacionar elementos veraces que terminan construyendo una apariencia, con tanta suerte una posibilidad, pretenciosa e imaginativa, pero que nunca será corroborada, que podrá ser expuesta y reconstruida muchas veces sin poder concretar un elemento demostrable.

Ya que es una no presencia continua, velada, un capa posterior a todo, que habita en la periferia, pero solo es la primera etapa para referirse a aquello invisible, a lo no concreto, lo no especificado, desconocido y posiblemente irreal, ilusorio. Está en la naturaleza humana pretender definir o advertir  algo a partir de otros presentes, que proporcionan un origen inexistente de algo fundamentado en los mismos términos de lo real.

​

​

Fotografía de 60 x 100 cm

SERIE OLVIDO

bottom of page